lunes, 6 de abril de 2009

Gran victoria en el Calderón


Osasuna venció con claridad a un At. Madrid que nunca pudo con los navarros y lo logró en el mejor momento posible para abandonar los puestos de descenso.

A los 6 minutos, Masoud cabeceó al larguero mientras los defensas miraban plácidamente. A los 7', Pandiani cabeceó a la red mientras los defensas miraban plácidamente. Axioma: uno siempre puede confiar en la zaga del Atleti siempre que no sea del Atleti. En el gol, Nekounam sacó rápidamente una falta lateral pillando al Atleti mirando a las musarañas. Tal vez, y es mucho aventurar, Pandiani tuviera dos centímetros de frente en fuera de juego, pero no es excusa porque a un equipo profesional no le pueden cazar una y otra vez en este tipo de acciones en las que el Atleti es un chollo. Pregúntenle a Messi...

Por fortuna para los de Abel, Forlán va con ellos y ha adquirido la admirable costumbre de levantarles él solito del suelo cada vez que les golpean. Lo hizo ante el Barça y el Villarreal y repitió ayer, cuando empató poco después con un gol marca de la casa: disparo con la izquierda desde fuera del área, raso y colocado. Los centrales de Osasuna cometieron su único error de la tarde regalándole un metro y dos segundos al uruguayo, al que le bastan 20 centímetros y cinco décimas. Partido nuevo. O no.

Porque los locales volvieron a cederle la iniciativa a Osasuna, donde Nekounam volvió a evidenciar que en los partidos del Atleti el mejor centrocampista siempre juega en el rival. El iraní mandó sobrado con la ayuda inestimable de Plasil , Juanfran y su compatriota Masoud, un futbolista diferente, que juega lento, pero piensa rápido y al que nada le parece demasiado enrevesado porque, casi siempre, encuentra soluciones en su chistera.

La clave. Pese a todo, el Atleti amenazaba a la contra y se mantuvo vivo hasta que Ujfalusi se contagió de la verbena que le rodea y se lió a la hora de despejar un córner, permitiendo que Vadocz marcara a placer. Era el minuto 44 y, justo después, Teixeira no pitó un penaltito de Azpilicueta a Agüero. Tras este doble golpe justo antes del descanso, Osasuna ya nunca miró atrás.

Nada más volver del vestuario, Pandiani, solo, solito, solo en el punto de penalti, dio la puntilla tras una triangulación perfecta entre Masoud y Plasil, que desmontaron con dos toques a la defensa del Atleti. A partir de ahí, sólo la insistencia loable de Simao hizo soñar al Calderón con una nueva remontada. Escasos argumentos que desmontó Masoud con un golazo tras juguetear con el pobre Pablo, al que recortó tres veces antes de fusilar a Leo. El iraní acabó ovacionado por la grada.

El 2-4 de Pablo fue una anécdota y Osasuna ni sufrió. Abel dijo en su día que su trabajo estaba siendo muy bueno. Cuestión de opiniones, supongo, pero el hecho es que la Champions se complica por momentos. El trabajo indiscutiblemente bueno es el de Camacho, pero el no lo dice; ya lo dicen los puntos.


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